Otaberra
Elisa Victoria es una pedazo de escritora que con una mirada muy de su generación y unos personajes muy costumbristas y reales, sabe encontrar lo singular y una lectura inteligente de nuestra época.
Elisa Victoria es una pedazo de escritora que con una mirada muy de su generación y unos personajes muy costumbristas y reales, sabe encontrar lo singular y una lectura inteligente de nuestra época.
Una novela gráfica perfilada con gran realismo y ternura gracias a los matices que aportan las maravillosas acuarelas de su autora.
La voz de la protagonista tiene gracia y el cinismo inherente a sus circunstancias y edad. La precariedad económica que lo es afectiva, las dudas sobre la propia identidad que son al fin y al cabo reflejo de personalidad.
Basil es un clásico de la literatura infantil norteamericana capaz de adentrarse sin complejos en los juegos metatextuales
Las novelas de Muriel Spark, como La plenitud de la señorita Brodie o Señoritas de escasos medios, tienen todos los ingredientes para hacerme disfrutar y desvelarme en medio de la noche, como si despertarse a las cinco de la mañana hiciera la vida mucho mejor.
Qué buen rato se pasa leyendo a David Sedaris con sus historias familiares llenas de ironía y contadas con un tono tan personal.
Una excelente novela cuyos lectores seguramente sentirán curiosidad por sus anteriores libros, y esa facilidad suya para llevarte a aventuras increíbles, a la vez que te deja, entre líneas, sentir el volar de una mariposa, el peso de la lluvia o de una mirada fugaz.
Llena de anécdotas descacharrantes y momentos tragicómicos, estas memorias rompen la barrera de la edad.
El universo en tu mano Christophe Galfard – Blackie Books A veces cuesta explicar lo que cuenta un libro. Hay argumentos complicados, ensayos enrevesados e historias que cuentan más de lo que deja la tinta en las páginas. Hay miles de relatos posibles, pero si algo tienen en común es que todos caben en el…
Música de mierda – Carl Wilson – Blackie Books Hablar de Celine Dion en 2016 tiene algo de retro, como si me pusiera a rememorar las batallitas nocturnas con aquella camisa roja de flores que tenía el valor de ponerme hace quince años. O más. Pero después de leer Música de mierda -título sugerente donde…