Prohibido nacer

Prohibido nacer
Trevor Noah
Traducción de Javier Calvo
Blackie Books

Mientras leía estas memorias pensaba en la madre de Trevor Noah, humorista, presentador de tv y escritor, hijo del apartheid, que, a su treinta y pocos, ya ha besado el cielo con su programa en la tv norteamericana, ‘The Daily Show’. Y pienso en su madre, digo, porque madre sólo hay una -hoy estoy lleno de tópicos-, y una madre es definitoria en la educación de un hijo. La de Trevor, sin duda, los fue, por eso es la coprotagonista de Prohibido nacer, un libro donde el sentido humor consigue que el drama social y político en el que viven sus personajes no convierta esta lectura en un libro que ahoga al lector en lágrimas.

Trevor es mestizo. De madre negra y padre blanco. Las relaciones carnales entre europeos y nativos estaban penadas hasta con cárcel, en la Sudáfrica de los ochenta, basado en ley de inmoralidad de 1927. Pero ella  (la madre) quiere tener un hijo, y le ofrece a él (el padre), natural de Suiza, que la deje embarazada, sin responsabilidad ninguna. Prohibido nacer narra, entre otras cosas, las adversidades que una familia monoparental tiene para salir adelante, y cómo el destino es algo que con esfuerzo, pericia y unos gramos de suerte se puede moldear.

Hasta no hace muchos años, la raza negra vivía en Sudáfrica bajo un sistema represor y brutal. Los afrikáneres, descendientes de los colonos holandeses, encontraron la forma de mantenerlos en condiciones infrahumanas, a pesar de que eran poco más del 20% de la población. Tras este marco, y con los elementos en contra, el héroe de estas memorias cuenta su infancia, junto a una madre, que busca la manera de medrar y sacar a su hijo adelante en un medio hostil.

Lleno de anécdotas descacharrantes y momentos tragicómicos, Trevor Noah narra su escalada social, la confusión en la que se ve envuelto de niño debido a su color de piel -ni blanca ni negra, como si viviera en tierra de nadie- las costumbres de una sociedad muy influída por la brujería, las primeras decisiones que van a marcar su formación sentimiental y cultural, el hambre y la pobreza como amenaza constante, las rivalidad tribal entre los zulús y los xhosa, y la vida de los barrios donde creció.

Estas memorias rompen la barrera de la edad. Si ya con Instrumental, Blackie Books apostó por la crudeza y el dolor de James Rhodes, para mostrar cómo la música puede ser terapéutica y una tabla de salvación, con Prohibido nacer sentimos como el sentido del humor es también una herramienta necesaria para hacer frente a las adversidades.

@cercodavid es David García Martín

 

2 comentarios en “Prohibido nacer

  1. Un libro fabuloso, divertido y sincero. A través de su propia experiencia Trevor retrata la Sudáfrica de los años 80 y de los últimos coletazos de aparheid. Aun no lo he terminado pero no deja de sorprenderme cada nuevo capítulo. Una infancia increible llena de aventuras. Muy recomendable.

  2. El libro es genial. Lo leí en la versión original allá por enero, cuyo título es ‘Born a crime’, y es, a la par que divertidísimo, maduro y muy bien estructurado. En una entrevista, Trevor dijo que a medida que escribía el libro se daba cuenta de que la historia no iba sobre él, sino sobre su madre. Es sin duda una obra que he recomendado y recomendaré muchísimo en adelante, y no solo este libro, también sus monólogos son muy buenos y reflexivos.

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