Elizabeth Finch
Barnes realiza un homenaje a aquellas personas que con su forma de ser, su madurez imperfecta pero adulta, nos producen marcas indelebles a los que las conocemos.
Barnes realiza un homenaje a aquellas personas que con su forma de ser, su madurez imperfecta pero adulta, nos producen marcas indelebles a los que las conocemos.
Una levedad que es propia de ella y una perspicacia y naturalidad que nos reconcilia con este talento.
Una novela de gran profundidad, con una apariencia de cierta levedad, que se convierte en un estudio psicológico certero de una juventud, una ciudad, un país y toda una época.
En el volumen, que embelesa e intimida, por sus más de ochocientas páginas, conviven crónicas, retratos, entrevistas, conferencias, fetichismo y confesiones varias.
Una historia hilvanada con saltos en el tiempo para reconstruir un enigma en busca de respuestas que reflexionan sobre el alma y la dignidad, sobre el colonialismo y el exilio, sobre la lucha por los derechos y las libertades.
Con algunas pinceladas de humor e instantes conmovedores, ‘Memorial’ se convierte así en una obra que, más allá de su pareja protagonista, se desarrolla de manera coral en torno a maravillosos personajes secundarios.
Tres novelas, tres monólogos frenéticos que buscan la no-réplica, la incontinencia de pensamientos y deseos inimaginables en lo normativo.
Un libro que por su brevedad, puede engañar, pues hay en él, como en el mejor Vila-Matas, muchas vidas escondidas.
Un libro muy corto sobre un aliento muy largo.
A parte de ser una crónica de una relación terrorífica, de maltrato físico y psicológico, el libro es una reflexión muy esclarecedora en torno a la violencia doméstica dentro del la comunidad ‘queer’.