La calle

La calle
Ann Petry
Con traducción de Íñigo F. Lomana
Seix Barral, 2021

La casualidad ha querido que poco después de terminar de leer ‘La calle’ de Ann Petry, emitiesen en televisión un ‘Salvados’ dedicado al racismo. Cuando empecé a verlo no podía imaginar que el libro que acababa de cerrar iba a aparecer tantas veces allí reflejado.

La historia de La calle es la de Lutie y su hijo Bub. Separada de su marido, Lutie decide buscar un hogar donde ella y su hijo puedan vivir y prosperar. Pero ser mujer, sola y negra no es fácil y parece condenarte a sobrevivir sin tener siquiera la posibilidad de soñar con otro futuro.

Lutie y Bub consiguen alquilar una casa destartalada, en un edificio sucio y maloliente, en una calle conflictiva, ruidosa. Lo único que pueden pagar. Lo único que la sociedad racista del Nueva York de los años 40 les ofrece, al igual que al resto de sus inquilinos: un extraño conserje y su pareja, las chicas que trabajan en la casa de citas, las familias cuyas vidas atraviesan las paredes de papel en las que buscan algo parecido a un refugio.

Mientras Lutie trabaja a diario para conseguir ahorrar hasta el último centavo, Bub pasa las horas que no está en el colegio rodeado de jóvenes y adultos a los que la vida ya les ha enseñado que sus caminos son diferentes a los de los blancos.

Llena de personajes con miradas cargadas de resignación y agotamiento, rendidos en unos escenarios al margen de un mundo más amable y a la espera de la inevitable desgracia que tarde o temprano llegará, la novela está recorrida por ese hilo de esperanza de una Lutie decidida a romper con todo aquello. Una mujer fuerte en lucha contra el racismo, enfrentada a los abusos y defensora de sus dignidad, muy consciente de las reglas que impone un juego en el que no está dispuesta a participar.

Horas después de terminar el libro, escucho en el programa de la Sexta a Iñaki Williams, jugador de futbol, contar cómo a su madre, una mujer también negra, solo le ofrecían las peores casas cuando buscaba alquilar una vivienda, dando por hecho que no podría pagar nada mejor.

No es el único relato del programa que tiene un reflejo casi idéntico en el libro de Petry. La de la novela es una sociedad de hace casi un siglo. La de la televisión es la nuestra, la de aquí mismo, una parte de ella que a veces ni siquiera nos paramos a mirar. Por eso, entre otras cosas, La calle es una lectura más que recomendable.

Paula Fuertes

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