Porque empieza cada día
Ramon Saizarbitoria
Traducción de F. Eguia Careaga
Erein, 2020

Fue en el verano de hace dos o tres años cuando leí ‘Martutene’, de Ramon Saizarbitoria, y recuerdo cómo iba buscando los ratos libres para coger el libro y retomar una gran novela que me regalaba auténticos momentos de placer lectora.
Este verano, de nuevo, he podido disfrutar de un libro suyo, un inesperado regalo para sus lectores ya que se trata de su primera obra, escrita en euskera en 1968, que no se había traducido hasta ahora. En ‘Porque empieza cada día’ me encontré de nuevo con una historia que atrapa desde las primeras páginas, con un estilo que nos traslada ante un personaje y otro con ligereza, con una prosa que no puede sino disfrutarse y con unos temas que aún hoy siguen estando de actualidad.
Podríamos decir que su personaje principal, un charlatán que inicia conversación con todo aquel con el que se cruza, nos habla de la vida, y estaríamos diciendo que habla de la educación, del matrimonio, de la soledad, de los jóvenes, de la inmigración, de la sexualidad, del paso del tiempo, del cambio de los tiempos. Pero sin ánimo de sentar cátedra, sino tan solo de compartir sus ideas sobre lo que sucede a su alrededor. Es esa manera de enlazar los temas, de sacarlos entre café y copa con humor e inteligencia, lo que nos mantiene deseosos de seguir leyendo sus atropelladas reflexiones, cautivados desde el inicio por su personalidad.
A su lado, la historia de Gisèle, una joven que se ha quedado embarazada, y emprende un viaje en tren hacia un destino incierto, firmemente dispuesta a decidir por sí misma lejos de los preceptos de la educación tradicional que ha recibido.
Después de leer este primer libro de Saizarbitoria solo queda agradecer que, tanto tiempo después, alguien tuviera el impulso de traducirlo y así, nosotros, la suerte de disfrutarlo.
Paula Fuertes