Porque empieza cada día
Después de leer este primer libro de Saizarbitoria solo queda agradecer que, tanto tiempo después, alguien tuviera el impulso de traducirlo y así, nosotros, la suerte de disfrutarlo.
Después de leer este primer libro de Saizarbitoria solo queda agradecer que, tanto tiempo después, alguien tuviera el impulso de traducirlo y así, nosotros, la suerte de disfrutarlo.
Llena de pequeños tesoros, descubrimientos y pinceladas sutiles y, al mismo tiempo, con una carga existencial demoledora en el paisaje pretransición de una España entre la muerte y la esperanza.