Los pasos incontables

de Ramón Saizarbitoria, con prólogo y traducción del euskera de Jon Juaristi, para Erein, 2018

Publicada en euskera en 1995 sale traducida al castellano en 2018 porque, como nos pasa también con la literatura portuguesa o marroquí, debemos de estar muy lejos.

Los pasos incontables es una novela sobre un lexicógrafo que tiene como encargo escribir un diccionario de euskera y que va dando forma en su cabeza a una novela, que iría contando aquello que vive mientras lo hace, que se llamaría, si la escribiera, Los pasos incontables . Pero como en el resto de los aspectos de su vida, nuestro protagonista carece de la determinación y carácter para llevar a cabo su proyecto. Tampoco parece capaz de dejar de verse con su amante casada, con quien traiciona la amistad confiada de su marido sin poder reconocerse enamorado de ella. Ni tiene el valor de amar a la mujer que le ama. Ni tiene la personalidad para discutir con sus amigos, ni de prescindir de ellos. Ni tiene el valor de denunciar la violencia que le rodea y a la que, por dejadez, acabará sirviendo.

Realmente, la vida de nuestro protagonista se escribe en cuartillas sueltas, sin orden y sin encuadernación y, como sus investigaciones para el diccionario, un día el viento acaba llevándosela toda y no encuentra la razón para salir corriendo a perseguirlas, solo disimula que quiere recuperarlas, algo para lo que no encuentra la fuerza de luchar. Esta historia existencial e intimista se cruza como la de toda una generación, con el entorno del terrorismo etarra. Y es la historia de uno de los últimos fusilados franquistas por terrorismo la que sirve de espejo a la vida sin sentido de nuestro protagonista.

El estilo de Saizarbitoria está lleno de pequeños tesoros, descubrimientos, pinceladas que harán feliz al lector delicado y atento y, al mismo tiempo, refleja una carga existencial demoledora vestida de costumbrismo en el paisaje pretransición de una España entre la muerte y la esperanza. Parece que va a dejar de llover, a salir el sol, pero sigue siempre la lluvia. Una novela espectacular que puede ser demasiado exigente para los que gustan de cierta ligereza pero que será un descubrimiento feliz para otros y que merecía un diseño a su altura literaria.


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