Cada día es del ladrón – Teju Cole – Acantilado
El regreso a Lagos (Nigeria) después de 15 años en Nueva York como médico y el choque cultural que esto produce es la experiencia que el autor de Ciudad abierta (Acantilado, 2012) relata en estas páginas. La corrupción a todos los niveles y sus consecuencias sumerge al protagonista en una ciudad profusa y farragosa, imposible de transitar sin pagar los peajes cotidianos a los que sus ciudadanos oriundos ya están acostumbrados. Desde bandas criminales, muy peligrosas, hasta la policía, pasando por vendedores y pequeños rufianes, la capital nigeriana es una ciudad llena de trampas a las que este flâneur decide tomar el pulso.
La indignación con la que ve los desmanes, que además vive en su propia carne, pero también las ganas de recuperar la ciudad de su infancia, hacen de esta novela autoficcional un texto íntimo, de denuncia y reflexivo que consigue llevar al lector a lugares a los que no tiene acceso el turista convencional . Encuentros con familiares, amigos o ex novias devuelven a este joven médico a una realidad dolorosa y difícil de cambiar. Cole escribe en primera persona. Su prosa es directa y angulosa. Encuentra en la sencillez la profundidad. No sé qué culpa de de ello tiene el traductor Marcelo Cohen, pero el libro se lee de una sentada. Cada día es del ladrón muestra cómo en un país empobrecido -Nigeria es rica en petróleo- convierte el día a día en un tesoro a saquear debido al abandono, a la corrupción y a la falta de sensibilidad de las grandes corporaciones y del gobierno.