Autorretrato

Autorretrato

Édouard Levé – Eterna Cadencia

Al abrir Autorretrato, se juntan unas cuantas nubes en la cabeza, llueve un poco detrás de los ojos y se distinguen mejor los olores de la vida. Las pequeñas gotas que se desatan con cada frase, los recuerdos, las sensaciones, costumbres y gestos de Levé se mantienen sin transformarse en tormenta, como esos días en los que el bochorno lo llena todo de apatía y aparece por sorpresa una nube amiga para dibujar una sonrisa.

Levé escribió este libro durante un viaje por América, mientras fotografiaba ciudades con el mismo nombre que las grandes urbes europeas y se llenaba los bolsillos de descampados donde París era un cartel oxidado en medio de Texas. Autorretrato es un álbum de los gestos más íntimos, un recuento de las palabras de amor, los miedos, los intentos de suicidio, los amigos y las guías en la vida de un artista que miraba a la vida con miedo y a la muerte con una fascinación sencilla, como si fuera una ciudad que siempre quería visitar.

Como si Perec hubiera tenido a mano un ordenador para escribir su Me acuerdo, con la admiración de Raymond Russel y su lenguaje sencillo capaz de crear los jardines más hipnóticos que caben en los libros, Levé ha vuelto a las mesas de La Buena Vida con este libro recuperado por Eterna Cadencia. Suicidio, el libro que entregó días antes de ahorcarse a su editor y que cuenta la historia de una de los obsesiones que más líneas ocupan en este Autorretrato, es uno de esos libros desaparecidos de los que se habla con maravilla entre estas estanterías.

Estas mínimas 90 páginas tienen mucho de felicidad secreta, de sencillez y observaciones mínimas que retratan y afectan con mayor intensidad de las palabras extraordinarias. Autorretrato es un chubasquero brillante de ligereza y sinceridad para cuando llegan las tormentas mentales.

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