Música de mierda

musicademierdaMúsica de mierda  – Carl Wilson – Blackie Books

Hablar de Celine Dion en 2016 tiene algo de retro, como si me pusiera a rememorar las batallitas nocturnas con aquella camisa roja de flores que tenía el valor de ponerme hace quince años. O más. Pero después de leer Música de mierda -título sugerente donde los haya-, la figura de Dion sale reforzada, y uno no puede sino cambiar la idea que tenía sobre la cantante canadiense. No ocurre lo mismo con su música. Tampoco con la camisa roja. 

Wilson es crítico musical, entre otras cosas, y trata de averiguar, en un fascinante relato, si los gustos de la gente, y en particular el suyo, tienen algún tipo de base sólida. Para ello, toma como conejillo de india a Celine Dion y su disco Let’s talk about love, con todos los condicionantes sociales y personales a los que estamos sometidos, siendo consciente, primero, del odio personal que le profesa a las artistas y, segundo, de la naturaleza prosaica de su música.

Durante doscientas páginas, Wilson  desgrana la vida personal de la joven quebequense, su infancia en una familia numerosísima -eran 14 hermanos-  y su   ascenso en el mundo del pop, junto a su productor y después marido, René Angélil. El escritor bucea en las  las influencias  de la  música de salón de la que bebe la cantante. Destaca de estilo italiano del gorgorito y el corte nostálgico irlandés, que había venido a hacer ascuas a la hoguera del pop para dejarlo arder en el siglo XX.

¿Quién escucha a Dion y toda esa batería de baladas sentimentales? Muchos millones de personas, de los cuáles Wilson toma una muestra. Aunque lo verdaderamente interesante es adentrarse con el crítico musical  el vientre de la  de la cultura pop, hacer un repaso del gusto, con Pierre Bordieu y su ensayo La distinción como punta de lanza, pero disintiendo y siendo crítico con el sociólogo francés. También es interesante el recorrido que el autor hace por temas como los prejuicios, el elitismo, lo cool, los críticos, la sensiblería, o  los valores que sustentan la música, como el individualismo, la subversión y la rebeldía, en detrimento de los sentimientos más buenistas y de pertenencia a la comunidad.

Música de mierda es un ensayo que  ayuda a mirarte el ombligo, no para ver lo bonito que es, sino para entender que todos tienen uno y que el tuyo, aunque pese, no es el más redondo y perfecto, sin miedo a preguntarse el porqué.

@cercodavid

 

 

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