Lo que falta de noche
Laurent Petitmangin
Traducción del francés de Lydia Vázquez
Literatura Random House, 2021


Llevan tantos años los franceses votando en segunda vuelta para que no gane el más votado en la primera vuelta, el Frente Nacional, que les ha dado tiempo a editar miles de ensayos de análisis sorprendidos, de estudios sociológicos documentados y, por supuesto, toda una literatura que intenta explicar ya no un fenómeno, sino una presencia, una sombra permanente.
Esta ópera prima derrocha madurez, por lo contenido de las emociones y la profundidad a la que intenta llegar. No hay radicales, ni buenos ni malos. No hay más que las fracturas de la vida y las condiciones y circunstancias personales que crean el caldo de cultivo para que la realidad, la tradición, se desdibuje y se presente con sus nuevas formas.
Una familia anónima de provincias, con un padre que cría con criterio tras la ausencia de su mujer a dos chicos. Cuando la tradición se quiebra, nadie parece seguro de que reaccionar de forma radical tenga sentido, así que el día a día va mostrando nuevas formas de vivir, de pensar, de relacionarse. Pero como cuando siembras bambú en el jardín, los tocones y las raíces tarde o temprano van a extenderse en el subsuelo de una manera que ya es imposible de eliminar. Para quitar las raíces, tienes que levantar medio metro de suelo completamente provisto de un hacha o métodos mecánicos. La fragilidad de la apariencia se sustenta sobre un entrelazado de raíces y tallos imposibles. Hay que dar la vuelta al jardín. Desde luego a esta familia, le da la vuelta. Otra vuelta. Y acabamos llorando todos, porque a todos nos importa.
