La joven Frances

Hatley Lin
Traducción del inglés de Santiago García Fernández
Astiberri

La joven Frances del título de este cómic comparte piso con una amiga actriz, duerme mal por las noches y vive una de esas situaciones laborales que paralizan un poco el diafragma. El socio más importante del despacho en el que trabaja la ficha como su asistente y, poco a poco, tiene que ir haciéndose paso en un temible ambiente laboral, sin muchos asideros para una persona sensible como ella. A veces le gustaría huir, pero también le gusta sentirse adulta, aunque eso le robe el sueño. 

Hay algo en las novelas gráficas que deja mucho más espacio al tiempo suspendido, como esas noches que pasan en blanco y dejan las viñetas con el fondo negro. Los bucles mentales no se convierten en discursos agotadores sino en ese vacío con los ojos abiertos. El personaje de Frances consigue que, con trazos sencillos que recuerdan un poco a Daniel Clowes o a Seth, sintamos muy de cerca a una mujer sensible, con miedo a dar pasos más firmes pero que, con el tiempo, consigue encontrar la forma de poder desentumecerse. Un libro perfecto para las noches en vela en las que se echa de menos un poco de nieve.

Pilar Torres

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