Noche y océano

Raquel Taranilla
Premio Biblioteca Breve 2020
Seix Barral


Entre la reescritura vila-matiana, la desesperación postmoderna y el humor que logra el agotamiento, Noche y océano trajo a las mesas de novedades una historia divertida y obsesiva de una profesora universitaria, Bea Silva, especialista en las derivas vitales de Luckacs, el turismo como retrato y trampa contemporánea y que, a lo largo del libro, acaba convertida en una especialista en Murnau por el peor camino posible, el del desamor.

En un caserón barcelonés que tiene para ella sola, y que le permite tener que vivir grandes aventuras ahí fuera sin agobiarse por los dramas del alquiler contemporáneo en pisos minúsculos, Bea Silva se obsesiona con la vejez a las puertas de los treinta y dos, con la mediocridad de los textos universitarios, esos que escribe como bailes al borde del abismo. 

Un día, aparece en su casa Quirós, un joven sin mucha obligación y que nunca ha pisado un trabajo fijo, con una caja llena de notas sobre Tabú, la película que Murnau rodó en la Polinesia, y miles de leyendas sobre el mito. Bea Silva, desde la cómoda oscuridad de su casa, se enamora, pero no sabe decirlo: solo sabe leer, buscar información, especializarse en el dato, tener todos los detalles y notas al pie que reflejen la veracidad no viva de las historias ajenas. Noche y océano demuestra que todo está en los libros menos la vida: para esa, hacen falta mucho más que referencias y pasar obsesivo de páginas. Para eso, ninguna lectura nos prepara.

Pilar Torres

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