América

img_0758América – Manuel Vilas – Círculo de Tiza

Cuando Manuel Vilas (Barbastro, 1962) redactó estas crónicas, todavía no había sido elegido Donald Trump como presidente de los EE UU. Tampoco había muerto Fidel Castro. Sin embargo, ronda en América una premonición. Si bien la de Castro era una muerte anunciada, que más tarde o más temprano iba a llegar, no estaba tan claro que el multimillonario neoyorquino fuera a sentarse en el despacho oval. Lo último  de Vilas es un viaje al Midwest,  a ese espacio geográfico en el que abundan los votantes del que era en aquel momento candidato republicano.

El libro se organiza en capítulos que muestran los diferentes estados y ciudades que Vilas recorre. En muchos de esos viajes lo acompaña su pareja Ana Merino, poeta, escritora y profesora de la Universidad de Iowa. Es en Iowa precisamente donde comienza su andadura. O podría llamar su investigación, porque el autor de Aire nuestro,  (Alfaguara, 2009) además de hacer un libro de viajes, impregna los textos con una pátina sociológica muy sui géneris.

Vilas es un hombre al que le duele y le angustia España.  Su relación con España es de amor/odio. Más lo segundo que lo primero. Y no puede deshacerse de ello,  claro, si no a través de la literatura. Vilas vive la literatura como un sacerdocio y un exorcismo, pero también como una penitencia, y advierte: «Escribir es un oficio duro, pudre a los hombres».

El escritor se queja. Pero también disfruta y vive el viaje. Vilas es como un niño subido en la montaña rusa del capitalismo que es América. Es el viajero que se deja sorprender, que observa y trasciende la realidad. Es posiblemente Manuel Vilas el escritor con la mirada más ingenua -en el buen sentido, esa mirada que en todo ve algo nuevo y destacable, una mirada no adormecida por la cotidianidad  – y gamberra que tienen las letras españolas, porque en sus textos el humor corre como el agua de los ríos con los que el escritor conversa. Vilas  dialoga con aquel que se cruza en su camino, pero sobre todo lo hace con ríos, montañas, ciudades, avenidas, restaurantes. América es una gran conversación que Vilas mantiene para entenderse así mismo. Alejado de las raíces y el terruño.

En cada  ciudad el escritor encuentra conexiones con la literatura y con la música: de Johnny Cash a David Bowie, pasando por Prince o su querido Lou Reed. Y en las letras salta de Pablo Neruda a Walt Whitman, de Foster Wallace a Chefec, entre otros muchos. Con alguno de ellos teoriza. A cada uno de ellos los poetiza. Se sirve de ellos para filtrar el estilo de vida americano, el American Way of Life.

En este viaje laten varias obsesiones. El dinero es una. A Manuel Vilas le preocupa y le gusta hablar de dinero. Las rebajas, el black friday, los grandes almacenes y toda la panoplia de artículos XXL son filtrados por su visión economicista. Donde otros escritores ven un tabú, en Vilas es un gran tema. El frío como patria, como territorio de nadie, sin banderas ni fronteras,  donde confluyen sentimientos y experiencias, donde presente y pasado se tocan. Esa es otra constante:  su magdalena de Proust. Y otra de las obsesiones es la muerte, la transitoriedad de la vida, el hombre como mero pasajero en el tiempo del que poco quedará.

Este volumen surgió de unas crónicas que el escritor mandó al Suplemento Cultural de ABC hace unos meses. El libro lo complementa un epílogo con tres poemas nacidos de esa experiencia. América es un canto a la vida, una oda a la cultura pop, al capitalismo, a la libertad y a la muerte.

@cercodavid

Y si te quedas con ganas de más Vilas, no te pierdas la entrevista que le hicimos para El sueño del mono loco.

Un comentario en “América

  1. Es realmente patético ver cómo un poeta se deja seducir por la cutrez de la hamburguesa y el mercantilismo del black friday.
    El complejo de no ser blanco del todo y tener un inglés deficiente es antológico.
    Mejor que lea “La utilidad de lo inútil” para reconciliarse con Europa y el enciclopedismo que en América apenas conocen algunos de los que pagan sus charletas y viajes.

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