Sylvia

Sylvia
Celso Castro
Destino, 2017

Con cada libro Celso Castro parece estar dándose a conocer, como si hubiera sido un nuevo escritor en 1995, y en 2011 y en 2015, cuando nos parece que alcanza una madurez de lo más sensata, con un formato de nouvelle lleno de humor, pasión, locura y mucho pulso narrativo en “Entre culebras y extraños”. Así que, bienvenido este nuevo nuevo escritor, ya algo ajado, que sigue escribiendo con una frescura nada impostada, con unos personajes que nos hacen preguntarnos cuándo dejamos de sentir las cosas. Ellos, que se enamoran hasta las trancas, que se apuntan a una orgía sexual o de anfetas porque no pueden hacer otra cosa y que sienten cada amor, como si fueran tragasables, dispuestos a cortarse, sin dudarlo.

Un joven de buena familia vive asediado por el amor incondicional de su madre, el fantasma de su odiado padre muerto, las ganas de vivir y de poesía y, sobre todo, por el amor de Sylvia, que no puede creerse que este tardoadolescente la empuje a un amor al que su cabeza dice no, pero al que no puede detener. Como en su anterior novela, la brevedad solo impulsa la excitación de la lectura, el deseo de leerlo con la misma premura e irresponsabilidad con la que los personajes lo viven todo y llegar al final antes de levantarte del banco donde te está dando el sol… y llegas tarde. Una levedad llena de vida.

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