El mar es tu espejo

elmarentuespejoEl mar es tu espejo. Historia de las tripulaciones abandonadas en Mediterráneo.
Catalina Gayà Morlà
Libros del KO

Catalina Gayà ha encontrado un tema fascinante sobre el que escribir. Fue a raíz de conocer a Faisal, un paquistaní que se vio abandonado en el puerto de Barcelona, en el Stratis II, «un  barco que chirriaba de día y de noche», que esta periodista y profesora universitaria se puso a investigar casos de tripulaciones abandonadas en el Mediterráneo, como reza el subtítulo de este  libro de corte periodístico.

La investigación la hace visitar puertos como el de Barcelona, Estambul, Ceuta, Gibraltar, Civitavecchia o Suez. Todos tienen en común que el abandono de la tripulación es paulatino. Sólo se quedan los que tienen un extraño sentido de la responsabilidad, o, en su defecto, y en la mayoría de los casos, aquellos que se convierten en prisioneros porque las circunstancias económicas no le permiten regresar a su lugar de origen.

Una de las pocas esperanzas de volver que les queda a estas tripulaciones abandonadas por la empresa es que se subaste el barco. Se supone que con ese dinero se pagan los sueldos de retraso y los billetes de vuelta.

Catalina Gayà entra en el vientre de la ballena y narra la desesperación de estos hombres que encuentran en la reportera una salvación. Aunque ella es clara, y les explica que lo único que puede hacer es contar su historia. Entre medias, la periodista  hurga en el tipo de vida que llevan estos hombres, en sus circunstancias, en sus anhelos de hombres de mar, mientras las autoridades trabajan lentamente en poner en orden su situación.

Entre una de las cosas que llaman la atención es ver a una mujer desenvolviéndose en un mundo de hombres. Y la forma en la que los reportajes van tomando forma, dejándose llevar por los acontecimientos, aunque no en todos ellos se pueda hablar de final feliz.

Al comienzo hice referencia al subtítulo, pero no dije que el título es un verso -o casi- del poema El hombre y el mar de Charles Baudelaire, del que muchos de estos marineros, aun sin saberlo, son su reflejo.

«¡Hombre libre, siempre adorarás el mar!
El mar es tu espejo; contemplas tu alma
En el desarrollo infinito de su oleaje,
Y tu espíritu no es un abismo menos amargo».

@cercodavid

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