Tainaron

Lorena Krohn
Traducido del finés por Luisa Gutiérrez Ruiz
Nórdica Libros, 2017

Una serie de cartas escritas por un desconocido, a quien en ocasiones identificamos como una chinche, a un amigo que jamás le contesta, metáfora de quien escribe para entender y no tanto para comunicarse con otros. Un paseo entre lírico y alucinado a la altura de un insecto, en el que cada hoja con rocío parece un bar, en el que un charco es un lago lleno de vida y al mismo tiempo amenzante.

El polen y el trabajo polinizador de los insectos, la muerte como comienzo de la vida, la visita a un hormiguero, la capacidad de metamorfosear de la mayoría de los insectos, las noches, los sonidos, todo se da cita en este retablo de las maravillas que hará las delicias de los experimentalistas, aquellos que disfrutaban con “El pecho” de Roth y también con los amantes de la ciencia ficción y las narrativas de lo increíble como Lem o Poe.

Como dice el narrador en una ocasión mi incredulidad me había salvado, pero el infeliz que cree que todo es cierto, es víctima de su sueño y así leemos como si estuviéramos en la vigilia entre sueños, como si aún no hubiéramos despertado.

Lleno de metáforas de nuestras propias vidas:

Verás, aquellos que arrastran constantemente su casa, se mantienen desconocidos para los demás. De ellos sólo se puede vislumbrar, si acaso, un pequeño atisbo; siempre permanecen ocultos.
Y luego están aquellos que no soportan tal situación, que quieren verlo todo cara a cara y revelar, abrir, mostrar al mundo la desnudez de las cosas.
En ocasiones la tentación se convierte para ellos en irresistible y parten por la mitad el último hogar de algún pobre desgraciado.

reflexiones sobre la vida y el sentido de vivirla

¿Es esto lo que llaman envejecer? ¿Lo veo por todas partes, aunque sólo existe en mí? ¿Y lo que antes era felicidad a mi alrededor, se trataba también de un mero reflejo? Pero en ese caso, ¿cómo saber qué es y cómo es Tainaron?

y sobre nuestas cuitas

¡Cómo secretamos palabras a nuestro alrededor de modo que el ojo de la realidad no pueda mirarnos! ¡Esfuerzo vano! Tal velo irremediablemente fino y raído no oculta nada y nos retorcemos en el esplendor del destino. Ni caparazón, ni armadura y la carne jamás regresará convertida en verbo.

Y todo ello con un gusto por la palabra exacta, con un vocabulario tan rico que corre uno a la enciclopedia de la naturaleza, para saber más, para rebajar la altura hasta poder ver lo diminuto, con tono lírico exquisito como cuando pienso en el mar, la felicidad personal y la infelicidad las atraviesa su aliento renovador, y no son más que un par de pasos en un gran baile.

Otra rareza nórdica para paladares que gusten de lo diferente, de mundos ocultos, de vidas paralelas.

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