Guardar las formas – Alberto Olmos – Literatura Random House
Han pasado casi veinte años desde la publicación de Abordo del naufragio (Anagrama, 1998), debut literario de Alberto Olmos. En esa magnífica novela, cuyo motor es el resentimiento, un joven universitario despostrica contra el sistema al que se adhiere mediante la rabia y el lirismo. El terror, la incomprensión, el aislamiento social es otra magnifica y dolorosa manera de estar en el mundo sin estar de acuerdo con él. Poco queda de aquella manera de narrar en Guardar las formas, su último libro, en el que se recogen doce historias que se cuelan en el día a día, en lo más cotidiano de la sociedad contemporánea y en las cosas pequeñas, como señala su autor en la dedicatoria.
En Por dentro, el cuento que abre, y tambien el que busca con más ahínco la horma literaria, Manuel conoce a Elena, quedan, comen, beben, fuman, cierran bares, se montan en un taxi y acaban en la cama del apartamento de ella. Por la mañana, Elena se va a trabajar y sin maldad, o con toda la del mundo, Manuel se queda encerrado en esa casa ajena. Un desarreglo en el que la mirada se cuela para explorar nuevos territorios, inquietudes, interioridades.
En el cuento titulado La botella, el alcoholismo y la degradación personal se funden en una doble visión de la realidad. En 768.786, una pareja de un barrio periférico de Madrid encuentra una manera extraña de divertirse. Adela es la protagonista de una vida triste y rutinaria que Olmos encaja en Guardar silencio, el cuarto de los cuentos, a partir de un mensaje en el buzón de voz del teléfono móvil de la joven. En Bienes, un hijo cuenta como su padre es un novelista prolífico y sin suerte. Antes de morir, tras la llegada de un cáncer fulminante, decide quemar toda su obra.
El autor de Trenes hacia Tokio (Lengua de trapo, 2006) cambia de registro, y de voces, y encuentra el tono adecuado para cada uno. Con brevedad se acerca a lo epistolar o le pone voz a un deficiente mental en un texto con ecos de monólogo interior. En cada cuento, Olmos desplaza al lector a una situación diferente, busca el envés, lo extremo, como en Los sentidos, de aire cortaziano, donde Julia y Mario construyen su identidad en la confusión total. Alberto Olmos ha transitado por la novela y es colaborador en diferentes medios de comunicación. Tiene amplia experiencia en la crítica literaria bajo el nombre de Juan o Lector Mal-Herido. Durante 2016 será el editor de Caballo de Troya. Guardar las formas es su primer libro de cuentos.