Sobre la felicidad a ultranza

Sobre la felicidad a ultranza
Ugo Cornia – Periférica

Paca y Julián, los editores de Periférica, nos presentan sus libros con tanto cariño, que se hace dificil no sonreirles. Llevan 5 años con uno de los más originales y arriesgados proyectos editoriales de entre todos los de su generación. Editan como nos gusta, con un cuidado y sensibilidad por el concepto físico del libro. Nos han presentado algunos autores sudamericanos prácticamente desconocidos en España y nos han descubierto algunos extraños clásicos de culto y autores europeos que merecían más suerte.
Siempre que nos traen los libros nuevos a La Buena Vida, de los que en ocasiones nos regalan un ejemplar, valoramos que el esfuerzo de regalar estos libros en busca de lectores iniciales que puedan prescribirlos a los más tardíos, es un esfuerzo inmenso para un editor pequeño.

Pero el domingo, cuando leíamos esta maravilla, un rayo de sol se escapó entre las nubes y leyó: “hemos tenido la inmensa suerte de ir con frecuencia a la montaña a un lugar donde uno pasa el tiempo entre charlas insustanciales, y en ese lugar te entran ganas de pegarte un tiro cada dos por tres, pero en cuanto estás a punto de dispararte, sucede algo bonito que hace que en un visto y no visto desparezca el deseo de pegarte un tiro“.

Lo más gracioso es que el rayo permitió ver la calidad del papel en el que estaba impreso el texto. Y al resultar especialmente bueno, vuelves a meditar sobre la calidad de lo que estás leyendo y te descubres con una sonrisa. Porque este libro emparenta con otros inclasificables y geniales que rondaban también el melodrama, como El olvido que seremos y, que sin caer nunca en él, te dan una impresión de alegre ligereza, de inteligencia nada pretenciosa que resulta acogotante.

Y terminamos leyendo: “El aburrimiento y la incapacidad de conseguir no ser uno mismo se manifiestan en toda su extensión cuando haces proyectos, te impiden vivir yéndote por las ramasy hacer tus propios experimentos” o “lo fundamental de un amor es no darse cuenta siquiera de que existe, no darle nunca demasiadas vueltas.

Deja un comentario