El club
Hacía tiempo que no nos sacaba carcajadas un libro por momentos delirante, pero que al terminar, nos hace pronunciar algo así como “ah, claro, era esto, de aquí viene lo que ahora no se entiende”.
Hacía tiempo que no nos sacaba carcajadas un libro por momentos delirante, pero que al terminar, nos hace pronunciar algo así como “ah, claro, era esto, de aquí viene lo que ahora no se entiende”.
Han tenido que pasar más de 50 años para que la primera novela de Ann Quin llegue a nuestras manos y no se puede más que celebrar que Underwood y Malas Tierras se empeñaran en ello.
Es absolutamente demente seguir el trabajo de archivista que Offutt realiza con casi una tonelada de papel que recoge de la casa de su padre cuando este muere, y su fuerza de voluntad para intentar documentar su obra y saber, a través de ella, quién era realmente su padre.