Paseo.11: Nadie debería morir sin leer un gran discurso y sin ir a un matinal de cine
Desde que he descubierto las sesiones matinales de cine, intento ir al menos una vez a la semana. Subo la calle Segovia, a esa hora a la que todavía rezuma el frío en las piedras, brujuleo por las calles, hasta que doy con la fachada del cine, recién reformado.