Hermanos

Como anticipo vale decir que este es un libro al nivel de otro gran libro de hermanos del americano Doctorow, el mítico Homer y Langley. Rendición incondicional ante ambos.

El hecho de que una persona, un hombre en este caso, supedite su vida al cuidado de un hermano enfermo me impacta como cuando Alicia Kopf cuenta en Hermano de hielo cómo descubrió que sus padres la habían tenido para que hubiera alguien que cuidara de su hermano cuando ellos faltaran. Lo maravilloso es que este no es un libro de testimonio, sino un libro de una brillantez intelectual y estilística maravillosa.

La aplicación de una inteligencia creativa y curiosa a la resolución de los problemas de convivencia, logística práctica y comunicación que se derivan de la enfermedad sólo sugerida de su hermano nos atrapa con una prosa lírica en un ensayo lúcido sobre la comunicación y el lenguaje, sobre el poder de la ficción y el relato, sobre la importancia de los objetos y los rituales de nuestras vidas.

Momentos mágicos e hilarantes como los juegos, los tics de la convivencia, las anécdotas más costumbristas se enredan una y otra vez son reflexiones de gran calado sobre la entrega, la incomunicación, la soledad y el abandono.

Ver cómo el tiempo, la medida y exactitud del tiempo que nos empeñamos en que rija nuestra vida, carece de sentido cuando tu vida, cada acto, está supeditado a un niño, un enfermo, alguien cuyo desajuste absoluto con la realidad impide cumplir nada que planeemos con esta racionalidad loca que nos imponemos. Y al mismo tiempo, como aceptar esto, nos libera, nos lleva a una vida plena carente de estrés porque se sabe ingobernable y a merced de las circunstancias que queramos o no, nunca gobernamos.

Maravilloso libro con varias lecturas posibles pero un regalo, otra vez, de la editorial Elba.

Hermanos
Carmelo Samonà
Traducción del italiano de Carmen Artal
Elba, 2018

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