Ha entrado en la librería y no hay quien le encuentre. Calla solo cuando hay gente moviéndose, pero canta sin parar incluso con la música. Excepcionalmente también parece escuchar callado a Jonathan Wilson, pero deben de ser imaginaciones mías. Él se queda al cuidado de la librería a partir de este sábado.
Cerramos por vacaciones el viernes a las 22:00 horas, puedes poner a prueba nuestra vocación de servicio público viniendo a las 21:59 y también nos encontrarás.
Y reabriremos el lunes 27 de agosto a las 11:00 horas.
El curso ha ido bien: hemos sobrevivido.
Y sobre todo, hemos disfrutado de un montón de buenos libros. Me gusta cómo vamos construyendo desde la librería, con vuestra ayuda, nuestra lista de más vendidos.
Este curso, Apegos feroces de Vivian Gornick y Ordesa se han llevado el premio de más vendidos, claro, y ninguno es estrictamente ficción, lo que dice mucho de la tendencia arrasadora de la literatura del yo, como lo llaman ahora.
Libros del Asteroide es la editorial ganadora, porque tienen en nuestro top Tiene que ser aquí y La primera mano que sostuvo la mía, de Maggie O’Farrell, y La uruguaya, de Ernesto Mairal, acompañados por Berta Isla de Javier Marías y Tierra de campos de David Trueba.
Y se cuelan en superventas anormalidades maravillosas como el Correo literario de Szymborska o La poética de lo cotidiano, el diario del cineasta Yasujiro Ozu o Crítica de la víctima de Daniele Giglioli y, claro, Fariña, de nacho Carretero, con el que hemos tenido que volver a sacar las pancartas, los carteles, la indignación porque nuestros sistema judicial tiene lagunas, vaya, este es el año en que
Cuentas de buenas noches para niñas rebeldes de Elena Favilli y Francesca Cavallo es el producto literario que, junto a la colección de ensayo de Anagrama con los primeros títulos de Carrère, Garcés, Amat, Gracia…, más ha alegrado las ventas de los que somos pequeños a la vez que vendían en los grandes.
Otras maravillas que habéis compartido con nosotros han sido Oficio de Serguèi Dovlàtov, Prohibido nacer de Trevor Noah, En el mar, de Toine Heijmans o la Historia mínima de la Guerra Civil española de Enrique Moradiellos…. tantos…
Cuando la literatura no se vende en palés, sino de una en una, los títulos de las listas se trenzan y enlazan como una cremallera, y en cada paso recuerdas quién lo compró primero, quién habló de él, quién criticó, quien compró tres para regalar. Pones cara y sentimiento a cada lectura y cada compra de un libro. Eso es hermoso, es antialgorítmico, humano. Como el verano, como nuestro grillo.
Buen verano,
PD: escribidnos postales a La Buena Vida; Vergara, 5; 28013 Madrid