Escapar – Guy Delisle – Astiberri
En julio de 1997 un grupo de cuatro individuos entró en la habitación de Christophe André mientras dormía. En el primer momento este trabajador de la ONG Médicos sin Fronteras pensó que venían a llevarse el dinero de la caja fuerte. No fue así. Aquello se convirtió en un secuestro que duró meses. Esta vez el autor de Crónicas birmanas (Astiberri, 2016) y Pyongyang (Astiberri) cuenta la historia de este rehén que vivió momentos de incertidumbre en la región del Cáucaso y temió por su vida.
Delisle resalta los diferentes estados de ánimo por los que pasa el protagonsita conforme pasan los días. La incomunicación y la falta de información consiguen sumir a André en un estado de shock que lo coloca a los pies de la depresión. Para mantener cierta cordura el rehén intenta llevar la cuenta de los días de encierro. Tarea poco fácil, cuando las semanas se acumulan y no hay noticias ni de las instituciones gubernamentales ni de los familiares. El único contacto humano que tiene es cuando recibe la visita de sus guardianes con un cazo de sopa y un tarugo de pan.
Otro ardid para evitar la locura del encierro es la de rememorar algunas batallas. Como la de Napoleón en Austerlitz, cuando los ejércitos del emperador francés derrotaron a la Gran Coalición. O momentos de la Guerra de Secesión. André intenta mantener la cabeza ocupada, difícil tarea cuando pasa un día tras otro esposado a un radiador.
Los colores azulados y grises consiguen imprimir a la historia el tono. La repetición de los días, esa rutina en la que se ve envuelto el protagonsita, transmite la impotencia y el sufrimiento que se apodera del protagonista, el cual busca, en cualquier gesto o suceso, un indicio de libertad.