LA LUCECITA
Antonio Moresco – Anagrama
‘He venido aquí para desaparecer, en esta aldea abandonada y desierta de la que soy el único habitante.’
Así de tajante empieza su relato el protagonista de esta historia, la de un hombre que vive en un pueblo abandonado, solo. Allí pasa los días rodeado de una naturaleza imponente y sabia. Antonio Moresco nos traslada desde las primeras páginas de ‘La lucecita’ a ese lugar en el que el silencio sólo es interrumpido por la llamada de los animales, por el sonido de las gotas de lluvia al tocar el suelo… Un lugar que contiene los restos de una vida anterior escondidos entre las piedras caídas, únicos elementos para imaginar la rutina que alguna vez albergó. Un lugar en el que el paso del tiempo lo marcan el ir y venir de las aves o el cambio de hojas de las plantas. Y también un lugar que encierra su misterio, como cualquier otro lugar.
Desde la cabaña que habita el protagonista, donde se supone que nada hay, una pequeña luz se enciende cada noche a lo lejos. La curiosidad le acaba gananado la batalla y no puede evitar intentar averiguar a qué corresponde, pregunta en algunos pueblos cercanos aún habitados por los últimos lugareños, y finalmente se acerca para descubrir lo que allí se esconde. La sorpresa vendrá cuando vea que es un niño, también solo, el que enciende cada día esa luz que él ve a lo lejos, la luz de la cabaña en la que vive.
Es mejor no contar nada más de los personajes ni de la relación que se crea entre ellos para dejarse sorprender por la historia y el desenlace final.
Terminamos el libro y nos queda la sensación de haber caminado también por esos bosques. Sin salir de casa, sí, pero respirando el aire de una naturaleza salvaje.
Bonita sorpresa la que encierra este título de Anagrama.