La ley del menor

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Ian McEwan – Anagrama

Vuelve McEwan y lo hace a lo grande. En La Buena Vida teníamos ganas de leer su última novela, ‘La ley del menor’, y lo hicimos sin descanso absorbidos por una historia que es difícil dejar en espera si uno tiene el tiempo para seguir avanzando.

Fiona Maye es la protagonista de este libro, una jueza del Tribunal Superior especializada en derecho de familia. Una profesional respetada, con una larga trayectoria, que parece disfrutar también de una estabilidad emocional… hasta este momento. El nuevo caso de la jueza coincide en el tiempo con una situación inesperada en su matrimonio: su marido le pide que le permita tener una aventura, la primera y última de su larga relación.

Mientras debe decidir sobre la negativa de un menor con leucemia y de sus padres a que reciba una transfusión de sangre, tendrá que reestructurar su vida personal, decidir cómo quiere que sea a partir de ese momento. Los dilemas morales se suceden en lo laboral y personal sin que Fiona parezca encontrar descanso. Leemos la prosa de McEwan y el aire se vuelve pesado para nosotros mientras avanzamos, podemos sentir la misma tensión que ella, nos quedamos también inmóviles en los encuentros con su marido, miramos como Fiona de reojo sus movimientos, medimos nuestros gestos, le damos vueltas a ese nuevo caso. ¿Qué hacer?

McEwan consigue que estemos dentro de la historia, que seamos el espectador invisible que ve la escena desde la primera fila, que nos sintamos parte de ella y tomemos partido por uno u otro personaje.

‘La ley del menor’ es disfrute de principio a fin. Una vez más.

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