¿Podemos hablar de algo más agradable?
Roz Chast- Reservoir Books

Todos tenemos algunos temas de los que nos incomoda hablar. Además de las ‘preferencias’ de cada uno, que van desde la religión o la política a los horrores que ocurren por el mundo, parece que la mayoría compartimos el de la muerte como un tema que con frecuencia lleva aparejada la pregunta que da título a esta novela gráfica: ‘¿Podemos hablar de algo más agradable?’

Y es que no es agradable para casi nadie hablar del envejecimiento y de la pérdida de facultades que lleva aparejado, ni del nuestro ni del de nuestros seres queridos. Es como si evitando el tema, lo consiguiésemos esquivar. Tampoco los padres de Roz Chast, la autora de este libro, quieren oír hablar de que algunas cosas deben cambiar según van haciéndose mayores, tan acostumbrados ya a sus rutinas y tan seguros de que ellos solos se bastan.

Chast utiliza el humor para contar sus últimos años, después de toda una vida juntos. Así nos va narrando con ternura y comicidad las situaciones diarias en las que vemos la dependencia que tienen el uno del otro y el golpe que supone que uno de ellos empeore de salud y ya no puedan vivir de manera autónoma en su propia casa.

Del otro lado tenemos a la hija, preocupada por organizarse para compaginar sus obligaciones con su cuidado, pero también con el sentimiento de culpa de no saber si debe hacer más, renunciar a parte de su vida por ocuparse de ellos. Su desesperación ante algunas situaciones se cuelan entre las viñetas y es fácil comprender su impotencia en algunos momentos.

Las coloridas viñetas están llenas de situaciones casi esperpénticas, pero que reconocemos como reales y hasta vividas, y se intercalan también con fotografías de la pareja o de algunos rincones de su casa. Además, Chast recurre a la prosa para contar determinados pasajes, párrafos que conviven en armonía con los dibujos de los que se sirve en la mayor parte del libro.

Una lectura más que recomendada para ponerle algo de humor a la vida y ver cómo nuestras preocupaciones son mucho más comunes de lo que a veces imaginamos.