
Gabriela Ybarra – Caballo de Troya
Entre la rutina y su ruptura crecen silencios, las preguntas que constituyen lo que somos. Enfrentarse a esos interrogantes puede sumergirnos en en el dolor y descrubrir la firmeza de la vida. Ya desde El año del pensamiento mágico de Joan Didion, en La Buena Vida sabemos que la muerte puede ser un enigma que susurra verdades, pero es solo al leer lo que nos deja cuando podemos trazar nuestro camino en el mapa de la vida.
El comensal es una indagación en los misterios de la historia familiar a partir de la enfermedad de la madre. Gabriela Ybarra (1983) reconstruye en esta novela un tiempo que no conoció, el asesinato de su abuelo a manos de ETA, y otro del que fue testigo de primera mano, los últimos meses de su madre. Dos escenarios que reconstruyen la imagen de su familia, una instantánea que ha quedado grabada en la Historia, esa que se escribe con mayúscula y que aparece en libros y periódicos, pero de la que no se habla en ninguna cena.
Sinceramente, “El Comensal” no me gustó nada, de hecho me decepcionó mucho, me pareció un libro sin alma y, sobre todo, muy mal escrito… Me temo que la popularidad que ha alcanzado se debe más al tema que trata (el del terrorismo etarra, que sigue vendiendo mucho en este país) que a sus verdaderas dotes literarias, prácticamente inexistentes (ya que se asemeja más a una crónica periodística que a un relato literario). Hay una novela que trata el mismo tema del duelo y que es, a mi juicio, todo lo contrario: “La pertenencia” (la autora se llama Gema Nieto y también es una chica muy joven). Me pareció brillante. Lírica, honesta, valiente y conmovedora. Trata infinidad de motivos con un manejo sobresaliente del estilo: el dolor de una familia rota, el descubrimiento del amor… todo contado de manera bellísima. Impresionante, de verdad, de lo mejor que he leído últimamente, me ha marcado. Viene avalada además por Belén Gopegui y Alberto Olmos. Desde que la devoré la recomiendo encarecidamente a todo el que puedo, así que aquí dejo mi apunte, que espero que no caiga en saco roto porque de verdad es un libro que vale la pena. Un saludo.
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