Vittorio De Sica – Confluencias
La editorial Confluencias ha publicado recientemente la biografía de Vittorio De Sica, encontrada casualmente por su hijo, en la que recuerda desde sus años de estudiante, su paso por las compañías de teatro y sus viajes ida y vuelta a las américas como actor cómico hasta llegar al momento importante de su vida, cuando pasa de ser un galán y actor conocido de comedia a ser un director que despierta ante la realidad de un país destrozado y pobre.
De Sica escribió estas memorias al vuelo, como si se las contara a un amigo, y al lector esa cercanía le pone al mismo nivel que los grandes cineastas y compañeros de esa época del cine italiano con los que compartió profesión y vivencias.
Dice De Sica que uno de los mejores consejos que le dieron vino de su amigo, el guionista Giuseppe Marotta, “con el dinero ganado con películas comerciales luego puedes hacer las que realmente deseas filmar”. Y siguió el consejo porque Umberto D y El ladrón de bicicletas estuvieron a muy poco de no ser producidas, nadie creía en un cine “tristemente real”. Ningún productor veía la riqueza que esas películas aportaban al cine y a la historia en general.
Su vida estuvo llena de viajes, habitaciones de hotel, frías y desangeladas al principio, elegantes y confortables más tarde. Contó con amigos como Rossellini, Zavattini, Alberto Sordi y hasta la reina Isabel II le pidió un día ver su película Umberto D. Luchó por representar obras más allá de la comedia fácil así como dirigir cuando se dio de cuenta de que lo suyo no era ser solo un galán cómico. El mundo estaba patas arriba y eso había que contarlo.
En La Buena Vida es escuchar la palabra cine y ponernos contentos. Nada mejor que ver la realidad tal como es, o como era en tiempos de posguerra, con los ojos de uno de los mejores cineastas, de un buen hombre, de un buen actor.