
El lector del tren de las 6.27 – Seix Barral
El metro es el transporte más anodino de todos: los viajes que te promete no llegan más allá de los espacios que conoces, de la rutina de cada día. Cuando toca esperar los interminables minutos al tren y subes a uno de los vagones todas las caras tienen una expresión entre aburrida y somnolienta, nadie aparece con una mirada ilusionante.
En El lector del tren de las 6.27 los protagonistas son esos personajes, la gente que se despierta cada mañana en los primeros trenes que parten del extrarradio. Guibrando Viñol es un hombre normal, sin más rasgos característicos que compartir sus confesiones con un pez rojo, que cada día se enfrenta a una máquina de reciclaje de papel. De la voracidad de la máquina, rescata a escondidas las pocas páginas supervivientes, como en otro tiempo hacía Hanta en Una soledad demasiado ruidosa. Serán estos papeles, los pecios del naufragio, los que Guibrando leerá en el tren cada mañana provocando que las caras de sus compañeros de trayecto adquieran una expresión más suave, que se sumerjan en una escucha capaz de eliminar el embrujo de la rutina.
Didierlaurent, fenómeno de ventas en Francia, traza aquí una novela sencilla, un cuento sobre un universo de personas sencillas y búsquedas que recuerdan a los paseos parisinos de Amelie. Una novela perfecta para leer en el metro, esos túneles oscuros que en La Buena Vida queremos llenar de historias y caras de entusiasmo.
Pilar Torres