
Fernando San Basilio – Impedimenta
Toda moda, aunque sea pasajera, alcanza un momento de locura general que uniforma calles y personas: es lo que tienen estos tiempos de globalización. Si hace unos años era Nueva York la ciudad llena de cafeterías en cada esquina, últimamente todas las ciudades europeas han llenado sus plazas de esas mismas cadenas. Así que, en ese afán occidentalizador que se disuelve con la facilidad del azúcar, Oriente vive una fiebre de este nuevo producto de lujo.
Fernández, el periodista que protagoniza estas crónicas coreanas, llega a esa lejana península para participar en un congreso internacional sobre café. Mientras se cruzan entrevistas de distintos personajes de Seúl desde jóvenes universitarias con su propio ranking de cafeterías y el bullicio del enrrollado barrio de Hongdae, Fernández queda atado a un país lleno de contrastes. A pesar de todos los esfuerzos de las autoridades coreanas, escapará de las transitadas calles plastificadas de Gagnam en autobuses donde perder el equipaje de camino al sur del país.
Los cerezos florecen, Buda va soplar las velas de nuevo y Fernández cada día está más fascinado con un mundo donde generalizar y sorprenderse es fácil, porque la frontera natural de Plaza de Castilla queda demasiado lejos. San Basilio escapa de su mundo de referencia, de una Vaguada convertida en aventura joyceana en El joven vendedor y el estilo de vida fluido, para enfrentarse a un país extraño y enajenado incapaz de reconocerse en el espejo.
Con su humor característico, mezcla de la ternura y el ridículo, San Basilio lleva sus crónicas tan lejos como podemos imaginar, demostrándonos que la rutina en el Barrio del Pilar o en los rascacielos de Corea puede estar hecha de la misma masa cómica. El café no es más que la excusa de un mundo donde el latte se convierte en la misma mentira que los cerezos de plástico, incapaces de florecer. Menos mal que en La Buena Vida nos quedamos con el café con leche de toda la vida.
Pilar Torres