La intrusa
Éric Faye – Salamandra
Esta novela, gran premio de la Academia Francesa en 2010, llega con retraso, sí, pero en el momento justo. A este espacio común de soportales ocupados por sacos de dormir y mantas que ya no se ocultan durante el día, donde los desahucios no tienen hora punta pero son más frecuentes que los vagones de metro en sus respectivas líneas. Un tiempo donde las casas están empeñadas en letreros de “se vende” y “se alquila”, como hombres que compran oro por decir algo y que no reflectan por más que lleven chaleco. En estas ciudades que están dejando de ser dormitorio. Refugio. Hogar.
La trama -un hombre, Shimura Kobo, descubre que tiene una “okupa” viviendo en su casa desde hace un año- parte de una noticia aparecida en Asahi y otros periódicos japoneses en 2008 y Éric Faye la recrea con esa serenidad que parece que solo pueden tener los orientales.
El autor no juzga. Ofrece el plano de cada personaje y de esa suma sale un mapa de inquietudes, soledad y apego a los espacios y al tiempo pasado en ellos. A lo que los personajes son y dejaron de ser. Melancolía y vida. En el fondo, habitantes de una casa deshabitada. Como casi todos.
La intrusa se merece estar cerca. En la parte de arriba de la pila de libros por leer. Desde luego.