Relámpagos

Relámpagos
Jean Echenoz-Anagrama

Hay gente, poca, que nace con un mundo dentro. No en la línea de ser un hombre de mundo o de estar en el mundo; se trata de llevar dentro de uno confines y geografías que alcanzan otro tipo de vida y de visiones. De retos. A Harry Potter Voldemort le marcó la frente con un rayo pero no hablamos de eso.

Jean Echenoz vuelve a hacer magia, vuelve a iluminar una trayectoria más allá de lo meritorio o desconocido. Se queda con el hueco, con el surco que rodea las definiciones y el acopio exhaustivo de datos, con esa parte de oscuridad, de vulnerabilidad, de escepticismo y frío, si cabe, que  conforman a Gregor -versión libre y magnífica del ingeniero Nikola Tesla-, un hombre entregado a un (su) mundo magnánimo, ilusionante e incluso rayano en la locura para las mentes más conservadoras.

Cuando alguien como Gregor cobija un mundo dentro, un mundo de luz para más señas, no puede disciplinarse en las convenciones sociales ni en el tempo que rige los procesos. Vive a salto de mata, sacando de su mente, como si fueran pañuelos de colores anudados, ideas, proyectos, prototipos, inventos y patentes, a veces inconclusas para suerte de otros listillos y para derrota propia. Es una criatura brillante, ajena a todo lo que los humanos se piden o necesitan para ir tirando, cuyo mérito reside en no dejar de ser él mismo nunca, aunque al final del trayecto la miseria y las palomas  terminen siendo sus únicos rostros conocidos.

Jean Echenoz tiene el don de aportar un plus de sabiduría poética a las vidas que aborda. Con Relámpagos demuestra de nuevo que entiende el género biográfico como una matriuska en evolución constante donde encajan en el mismo formato tantas ficciones como evidencias. De este modo, sus vidas se reconocen como puzles y ráfagas de aire. Pequeñas combinaciones deslumbrantes que redondean la existencia de seres extraordinarios, raros para el resto, difíciles de clasificar, a los que el paso del tiempo cataloga de visionarios o insignes, cuando en realidad son tan solo seres a los que les cabe un mundo propio. Hallazgos dignos de ser leídos.

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