Horizonte
Patrick Modiano – Anagrama
Modiano ha conseguido con su forma de narrar ser ese vecino presente en el barrio, con el que coincidimos casi a las mismas horas en sitios que ya se han vuelto habituales. Le avistamos pero no recurrimos al saludo, menos aún a la charla. Comprobamos su estela. Nada más. Le encontramos donde le dejamos anteayer y sabemos que al rato o al cabo de los días toparemos de nuevo con su mirada en un café o en la boca del metro. París cabe en cualquier vida. Sobre todo para los que entendemos que las mejores reflexiones surgen caminando, recorriendo una ciudad de otra manera, acotando sus huecos y dibujando nuevas perfilarías sobre los portales y la nostalgia. Modiano camina para recuperar lo que anhela y lo hace con los bolsillos rotos por los que se le escurren pasadizos íntimos, borrosos para otros. Cobijos de sombra para amortiguar la intensidad de la luz. El amor al fin y al cabo.