El hijo del futbolista

El hijo del futbolista
Coradino Vega – Caballo de Troya

(Extracto del blog de Alejandro Gándara en elmundo.es) Buena novela, tal vez ejemplar, sobre el paso de la adolescencia a lo otro, escrita con compasión por los personajes, sin rencores baratos y sin la amargura que en este tipo de relatos suele suplir la falta de estilo y de convicción en lo que se cuenta. Sin soberbia victimista, nada más cierto, y sin soberbia épica. Y con la modestia que inculcan los sentimientos que se tienen por verdaderos, o sea, con sensibilidad (salve sea la palabra).
Lo más chocante de esta novela es cómo la España rutilante de estos tiempos esconde en los bajos la España de toda la vida, la pesarosa, mansa y atávica España de la pobreza de recursos y de horizonte. Uno la coloca (fuera de unos cuantos artilugios videosonoros) hace 40 años y se lee lo mismo: una subterránea y trágica corriente que no cesa, o quizá un mal empozado que ahí se pudre.
No es un relato sobre el deporte, ni siquiera es sustancialmente una novela con deporte, pero sí es una novela sobre el deporte como metáfora de las cosas truncadas arbitrariamente, de las mentiras que lo alimentan, de la espléndida corrupción que todo lo toca. Y ninguno mejor que el fútbol (de cualquier liga y división) para mostrarlo. Ya hay que tener valor para meter el fútbol en una narración (sólo tenemos un par de casos en nuestra literatura y no muy elogiables) y sacarlo adelante sin morir sepultado en la caspa. Conradino Vega lo hace perfectamente, hasta sutilmente.
Lo mejor es que las cosas malas y las buenas trascurren en sordina, sin griterío, en un perfecto acorde con el hecho de que, a pesar de todo, la vida merece la pena, con sus trucos, su magia y su desolación.

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