El amigo del desierto
Pablo d’Ors – Anagrama
Cada vez que alguien me habla de espiritualidad, me toco el bolsillo trasero del pantalón para asegurarme la cartera. Por eso, de El amigo del desierto, lo que más me gusta son los “Amigos del Desierto” y me importa menos si Pavel acaba encontrándose en el desierto o esnifando las rayas que pinta como síntesis de lo que ve. Como librero que se encuentra a sí mismo cada día cuando mueve las cajas de libros, las abre y olfatea l para ver lo que va a leer, el personaje me queda lejano. Pero estoy seguro de que a muchos les gustará. Y por eso, os animo a venir a librería y discutirlo. Con un vino en la mano, eso sí.