Los árboles
Percival Everett vuelve a demostrar que el humor es un arma muy poderosa para denunciar, sobre todo cuando ya las palabras se han quedado cortas, cuando parece que está todo dicho.
Percival Everett vuelve a demostrar que el humor es un arma muy poderosa para denunciar, sobre todo cuando ya las palabras se han quedado cortas, cuando parece que está todo dicho.
La tradición de este tipo de jóvenes intelectuales que viven muy a pie de calle aunque vean el mundo con la altura de Saul Bellow es increíble.
los que gusten de Cartarescu, Knausgard, Knut Hamsun… y la literatura potente y trascendental, adelante, que entren y disfruten. A los que no, ¿qué tal intentarlo en un día oscuro, nervioso, en el que nos desdoblemos y parezca que nuestra vida es la de otro?