En Zona Reservada esta semana: Por qué leer a Thoreau

Ayer volvimos a abrir la redacción de Zona Reservada, nuestra revista por y para adolescentes, con un montón de ideas nuevas. Tardamos cinco minutos en recuperar el entusiasmo de siempre, en hacernos preguntas unos a otros y descubrir los nuevos pasos de cada uno: Olivia ha empezado el instituto y pasa los recreos en la biblioteca, porque en su colegio no le dejaban entrar; Celia e Irene han empezado la universidad y piden a sus compañeros que les cuenten cosas sobre videojuegos y libros que hasta ahora no conocían; Óliver sigue escribiendo como si las maldiciones sobre segundo de Bachillerato no fueran horribles mientras César le mira asombrado; Tristán está haciendo el making of de una película y Vega vino con un bolígrafo y un cuaderno para poder mirarlos a todos con una sonrisa enorme.
Por eso, para abrir esta temporada con nuevos ojos, rescatamos este artículo sobre Thoreau: porque desde su lago nos hace mirarnos tal y como somos, sin adornos ni florituras:

Cuando me recomendaron a un escritor como Thoreau no le di mucha importancia. Lo que quería era leer un ensayo que plasmase los problemas de ahora, y en el que encontrase respuestas y aclaraciones a asuntos de hoy en día.

Pero estaba muy equivocada, porque a mi parecer Thoreau es capaz de mostrar el mundo tal y como es. Sin adornos ni florituras. Y además estoy segura de que la respuesta a los problemas actuales está en sus obras.

Pero empecemos por el principio: Thoreau , escritor y filósofo trascendentalista, nació en Massachusetts en el siglo XIX. Por aquel entonces en EEUU estaban permitidas la esclavitud y el expolio de tierras indígenas. Sin embargo, él se posicionó desde un principio en contra de estas prácticas. Por eso creó su obra Desobediencia civil, tras entrar en prisión por negarse a pagar impuestos, para no financiar a un gobierno intolerante y bélico. “Si mil hombres dejaran de pagar sus impuestos este año, tal medida no sería ni violenta ni cruel, mientras que si los pagan se capacita al Estado para cometer actos de violencia y derramar sangre inocente”, escribía. En dicho ensayo, además de plasmar su idea de que un gobierno no debe tener mas poder que el que los ciudadanos estén dispuestos a concederle, también criticó la burocracia y el egoísmo de políticos y banqueros alegando que, a mayor riqueza, menos virtud tenían estos.

Muy famoso fue también su ensayo Walden que narra los dos años, dos meses y dos días que Thoreau pasó en la cabaña que él mismo construyó, rodeado de un frondoso bosque propiedad de su amigo Emerson . Te preguntarás por qué hizo tal cosa, ¿no? Resulta que quería llevar acabo un experimento, y probar si era posible vivir de forma sencilla, observando el entorno y demostrar que allí, en medio de la naturaleza, era donde se encontraba la verdadera libertad. Además describe con un lenguaje claro y conciso el vínculo que deberíamos crear con la naturaleza que nos rodea y que debemos proteger.

Lo que más me impactó fue su entrega a la contemplación de su entorno. Te hace pensar en lo poco que nos paramos a observar al mundo, que nos muestra cosas dignas de admiración y que somos incapaces de ver.

Tratando también temas como la libertad , la esclavitud del hombre hacia el dinero y los caprichos o la trivialidad de algunas vidas está Una vida sin principios. Dicha obra pone de manifiesto también la hipocresía de los que le consideraban un vago, ironizando que lo es si observa la naturaleza pero que si por el contrario pasa el día cortando árboles sería un buen ciudadano que se gana el pan. Porque un pueblo no parece tener otro interés en un bosque que el de cortarlo.

Llegados a este punto es imposible que alguien se replantee el hecho de leer a una figura tan asombrosa que inspiró a personas como Luther King o Gandhi.

Sus obras contienen tantas verdades indiscutibles que no solo debería ser lectura obligatoria en el colegio sino que muchos políticos deberían hacer hueco en sus apretadas agendas y leerlo. Puede que entonces cambien de idea y dejen de invertir y apoyar a corporaciones eléctricas y petroleras contaminantes o incluso de negar el cambio climático.

Como trata muchos de los problemas de hoy en día Thoreau es una lectura imprescindible. Pero si al final resulta que no encuentras lo que buscabas en sus obras al menos habrás tenido la suerte de poder ver la naturaleza desde sus propios ojos, y eso es algo que nadie debería perderse.

Irene Berdión, del equipo de redacción de nuestra Revisa Zona Reservada hecha por y para jóvenes

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