
Anne Carson – Vaso Roto
Proust se toma casi mil páginas de En busca de el tiempo perdido para presentar a Albertine. La coprotagonista entra, como no podía ser de otra manera tras la espera, con la calma que se vive a orillas del mar, rodeada de sus amigas y sin que el protagonista encuentre aún el aroma que la hará especial más adelante.
Carson, como cualquiera que se enfrenta a la obra de Proust, se fascina y se pregunta por lo que esconden esos velos con olor a lavanda. Entre la poesía y el ensayo, estos ejercicios y sus apéndices indagan en la figura de Albertine en la novela: una planta a la quer admirar, una esclava de la que abusar y un sujeto amoroso atado a la mentira.
Progresivamente Carson deja los datos empíricos donde cuenta las veces en las que aparece Albertine en la novela y los ecos históricos que dibujan su silueta para hablar de la perversión del protagonista, el lenguaje que se usa para descubrir su auténtica faceta y, sobre todo, investiga sobre la mentira como arquitecto y destructor del amor (“uno solo ama aquello que no posee por completo”, dice Marcel).
La libertad con la que Anne Carson consigue ir de lo poético a lo académico consigue que esta indagación sobre el amor abusivo, el duelo, la mentira y el discurso amoroso pase por las palabras de Beckett, Mallarmé, Barthes o por la propia reflexión sobre el lenguaje, su mentira y lo que dice sin que use esas palabras.
Mientras que en Eros Carson desarrolla la teoría del amor como distancia y anhelo, aquí pone en práctica su discurso analizando uno de los amores más famosos de la historia de la literatura, sin obviar su complejidad propia, que tiene mucho de espejo distorsionado de la monótona vida de Marcel. Albertine es un libro para aprender a ejercitawr la lectura, la reflexión y que demuestra, con fascinación y sin perder la sonrisa, que la literatura siempre dialoga, ilumina y tonifica el discurso propio.