La mirada extrañada y transgresora de los adolescentes puede suponer la crítica más radical a nuestro mundo. Este ciclo sobre la adolescencia se articula en torno a cinco óperas primas: son novelas escritas por autores aún con el susto primigenio en el cuerpo, que relataron, desde la proximidad y no desde la añoranza, la traumática experiencia que supone descubrir el mundo. En pueblos sureños de aires faulkerianos o en la Costa Azul francesa, en los clubs nocturnos de Cali o en las montañas del Magreb, jóvenes disonantes y desgarbados pergeñan esta guía para enfrentarse a la soledad, el amor, la muerte, las convenciones, la libertad, el sexo o la traición.
Hora: 20:30 horas
Días: martes según calendario
Inscripción: 10€ que incluyen asistencia a la sesión, una consumición y 2€ de descuento en la compra del libro. Puedes también adquirir un bono de 5 sesiones por 45€. (información general de los clubes)
El corazón es un cazador solitario
Carson McCullers
McCullers es considerada una de las voces más importantes y sugerentes de la literatura norteamericana del siglo XX. Con tan sólo 23 años, publicaría esta, su primera novela, deslumbrando con una lucidez, una melancolía y una hondura poética que ya nos gustaría para nosotros. La novela nos traslada a un pueblecito del sur de Estados Unidos para conocer un racimo de personajes desvalidos, resquebrajados y tiernos hasta el estremecimiento. Mick, la protagonista adolescente de esta novela, no es la única del pueblo en plantearse “¿por qué todo el mundo insistía en creer que el mundo era exactamente como ellos querían que fuese… cuando lo más probable era que todo fuera un error muy extraño?”.
La biblia de neón
John Kennedy Toole
Toole escribió dos libros y se suicidó. Uno es La conjura de los necios y el otro es esta novela, ópera prima, que escribió con 16 años y una maestría, mezcla de frases cortas y extrañamiento hacia la sociedad, que auguraban lo que estaba por venir. David, joven protagonista, choca de frente con los convencionalismos y la rigidez de un miserable pueblo sureño que estigmatiza a su familia y a su excéntrica tía Mae. La irrespirable atmósfera, los retratos crueles de un escritor que en vez de pluma empuñaba un bisturí, nos permitirán adentrarnos en esa perspicacia adolescente que desarticula las mecánicas internas de una sociedad con la que los adultos hemos llegado a comulgar.
Buenos días, tristeza
Françoise Sagan
Hace 61 años que Sagan descolocaría al mundo entero con esta novela corta escrita por una chiquilla de 18 años del Midi francés. El cinismo y la desgana de Cécile, la protagonista, escandalizó a una sociedad poco acostumbrada a que una joven de 17 años pudiera hacer el amor sin pizca de amor, sin ápice de culpa y sin embarazo al final del libro. En esta novela de corte existencialista, la amoralidad y el dulce nihilismo de la adolescente hizo añicos el estereotipo de inocencia, romanticismo y docilidad que se esperaban de una jovencita protagonista que abre los ojos al mundo.
¡Que viva la música!
Andrés Caicedo
Caicedo es un autor clave en la literatura colombiana todavía por descubrir en España. Denominado “el eslabón perdido del Boom”, se suicidaría con 25 años nada más publicar esta, su primera y única novela. En ella narra, en una alocada, vertiginosa y alucinada primera persona, la bajada a los bajos fondos de una niña bien de Cali a golpe de rock, salsa, aventuras, desventuras, amantes, noches y drogas. Un viaje iniciático, pues, endiablado y poético, oda sensual a la música, en el que una muchacha persigue un sueño por desgracia inalcanzable: la inocencia eterna.
Confesiones a Alá
Saphia Azzeddine
En un sombrío pueblo de pastores, prisionero entre dos montañas y donde todo es haram (pecado), crece Jbara, una joven de 16 años, hasta que, de un autobús de turistas, cae una maleta rosa de Dior. Así empieza esta novela de aprendizaje con la que Azzeddine, con un debut a los 29 años valiente y provocador, se ha marcado el Lázaro de Tormes de la mujer marroquí. Y así, la joven Jbara relata su caso, dirigiendo una confesión a Alá llena de rabia y sentido del humor. Porque crecer puede ser algo más complicado en ciertos entornos, no hemos querido esquivar este derechazo a la conciencia francamente demoledor.