Llamada perdida
Gabriela Wiener – Malpaso
Siempre nos ha tocado escuchar que la voz poética no es el autor, que el narrador de una novela no refleja lo que ha vivido la persona que se ha encargado de escribirla. Para dinamitar esos disfraces Gabriela Wiener recupera, después de sus poderosos Ejercicios para el endurecimiento del espíritu (La Bella Varsovia, 2014) que practicábamos hace unos meses, la sinceridad de la crónica periodística, ese género en el que se ha convertido en un referente. Esta peruana del lada de acá y de allá nos mira herida, tierna y segura en la portada de su último libro, una cubierta que me desafiaba cada día al llegar a La Buena Vida y ante la que no pude evitar enfrentarme con mi lectura.
Llamada perdida son los pecios de la madurez: el recuerdo las primeras noches en Barcelona acompañada de perros románticos, un cátalogo de recuerdos y reencuentros, de obsesiones y mudanzas. Una primera persona que no cuenta las grandes hazañas sino las dudas constantes que surgen a cada paso, que mira de frente al amor, al sexo y a la familia y se ve como un ser social, un engranaje más de la máquina que conformamos entre todos.
Este libro, que aúna la autobiografía más sincera con las memorias de lecturas, encuentros y experiencias, incluye también dos crónicas que se convierten en un relato propio, desvergonzado y referencial a partir deb dos mujeres que, como Gabriela, se han tenido que enfrentar al papel de escritora: las dispares Corín Tellado -esa mujer que escribió miles de novelas sobre amores crueles, despechados y sexo mientras cuidaba de su familia en una ciudad de provincias- e Isabel Allende, escritora denostada por todos pero triunfadora como pocas. Estos reflejos sirven también para analizar la propia condición de mujer en el mundo y las caras de la escritora en lo íntimo y en lo público.
Gabriela Wiener nos abre la puerta a su cabeza, a su intimidad y a sus miedos: unos sentimientos con los que empatizas en cada página, produciéndote sensaciones que creías inefables y temores que, una vez reflejados, se disipan como nieblas. Llamada perdida es una defensa de la felicidad en la propia piel, un libro que tiene el poder de convencerte con su pensamiento mágico de que la calma llega cuando descubres lo poco que necesitas, aunque la melancolía no deje más que llamadas perdidas en el contestador.
Pilar Torres