El devorador de calabazas

El devorador de calabazas. Penelope MortimerEl devorador de calabazas
Penelope Mortimer – Impedimenta

Antes de empezar el libro de Penelope Montiner habría que destacar dos cosas: la primera, que la novela, aunque acabe de llegar a nosotros hace sólo unos meses, fue escrita en 1962. La segunda, que mucho de lo que vamos a leer está inspirado en la propia vida de la autora, que se nos presenta, cuando menos, diferente a lo socialmente establecido en aquella época.

En La Buena Vida recomendamos coger aire antes de iniciar su lectura, porque nos vamos a introducir en la intimidad de la señora Armitage y su marido, un espacio en el que a veces nos va a costar respirar.

Como le ocurrió a la propia Montimer, la protagonista llega a su último matrimonio tras algún intento fallido y con varios hijos de diferentes padres que se unen a la nueva pareja. Una situación inicialmente aceptada con naturalidad por el esposo, pero cuya carga acabará siendo demasiado pesada. Y la señora Artmitage tiene ganas de más. De más hijos, algo en lo que su pareja no está del todo de acuerdo.

A pesar de su afán por aumentar la familia, la protagonista no es una madre entregada que ve en ello una manera de sentirse realizada, sino que es quizá su infelicidad que acaba siendo patológica, lo que la empuja a seguir queriendo aumentar la familia. Pero su marido no tiene los mismos planes para su vida en común y el conflicto estallará de manera irremediable.

Entre psiquiatras y amoríos transcurre la historia mientras se intercalan episodios de la juventud de la protagonista que nos muestran la realidad de la sociedad de la época. Una realidad que viene bien conocer para situar en su contexto las cosas que nos cuenta Montiner, según afirma “todas verdaderas, según lo que entiendo yo por verdad. Todas reales, según lo que entiendo yo por realidad”.

Claro, que verdad y realidad son muchas veces conceptos demasiado abstractos.

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