La Fiera
Ben Clark – Sloper
El autor de este poemario ve otro sol, otra orilla, otro mar diferente al que ven los miles de turistas que pasan por su tierra, Eivissa, cada año. Es esa la función del artista: rescatar aquello que a muchos se les queda retenido en la pupila, como una escombrera sin procesar. La Fiera ha sido Premio Ciutat de Palma Joan Alcover 2013, pero además La Fiera es uno de los poemas centrales de este poemario con espíritu animal. También lo son los bichos, con los que arranca la primera cita firmada por Francisco Umbral: “Las cosas y mejores son los bichos, de modo que tu lenguaje está hecho de ellos.”
Un susurro de tormenta y de titanio recorren estas páginas, como si Ben Clark hubiera asumido la dureza de la tierra, su maleablidad, su mala baba. Este joven, de adjetivo sutil y nombre con reminiscencias de super héroe, reparte el vértigo de las palabras que se forman junto a lagos, monstruos, dioses, big bang y encuentro de traductores. Es por eso que esta Fiera:
Tiene la lengua blanca por lamer las paredes
y el pelo sucio y largo, todo lleno de nudos.
La Fiera fuma y bebe y nada dice,
sólo observa los coches alquilados
alejarse
con miedo y otras veces ladra loco
en los lavabos públicos.(27)
Esta imagen, entre La Fiera y el Loco, acerca al lector al mundo y al tiempo poético de Ben Clark, “un tiempo de nidos y no de papeleras.”
El poeta, BC, labra su camino en su sed, como quien en un ataque de locura ingiere como antídoto más veneno para curarse de la intoxicación. Más poesía para la poesía. Más veneno para la sed. Sed para saciar la sed. En esa espiral surrealista y circular se fermentan los obsesiones del poeta.
Me gustan, especialmente, los poemas fraguados en las ascuas de ese sueño primitivo que parece cercar a BC. Poemas que salen de la frondosa manigua de las palabras que lo acechan, y esperan saltar al verso desde tupidas y salvajes lejanías.
Mi familia de picos y plumas,
de uñas largas, de sombras
agazapadas dentro de apellidos. (36)
En los agradecimientos, BC recuerda a esa troupe de bardos que lo han hecho crecer. Este traductor, además de poeta, de Anne Sexton o Edward Thomas, reivindica la lucha contra las prospecciones de petróleo que el gobierno quiere hacer cerca de la costa de la posidonia. Estos son los cantos poéticos que de verdad iluminan la isla de Eivissa, y no las luces de sus discotecas.