Cuando España jugaba la final de la Eurocopa 2012 el 1 de julio de 2012, La Buena Vida tenía abierta sus puertas al público y, con toda probabilidad, era de los pocos locales en los que no había una televisión, ni radio, ni pantalla de ningún tipo que emitiera los resultados o jugadas del partido.
El librero, una turista checa agotada de patear Madrid y una extraña pareja que pasados los 40 miraba al horizonte sin hablarse. Una hora después de estar sentados entre libros sin mediar palabra preguntan: – ¿Cómo va el partido?
No sé, respondo, y les digo que pensaba que no les interesaba el partido puesto que estaban allí mientras este se celebraba.
La respuesta es una lección de humildad y una nueva vía de investigación para el futuro de la utilidad de una librería, pues me dicen que estaban allí porque era el único sitio donde aislarse del partido, puesto que son forofos y se ponen demasiado nerviosos. Cuando quedaban minutos para el final, se fueron a la terraza de enfrente a celebrar el triunfo con sus iguales.
Era, seguro, la única librería abierta en ese momento, tarde en la noche de un domingo, en toda Europa… en nuestro patetismo, también hemos llegado a ser míticos… ¡a nuestro modo!
Por eso, lo de esta selección de libros, puede parecer toda una claudicación, pero no lo es. La Buena Vida tiene el deporte en sus genes, por mucho que lo queramos ocultar. Es verdad que el deporte, como espectáculo de masas y sedante social no tiene igual y ha dejado muy atrás a la religión. Pero al mismo tiempo, precisamente porque guardamos nostalgia de las emociones de la guerra y de la superviviencia básica, vivimos enamorados de la mística del deporte: del esfuerzo, de la victoria, de la derrota, de la emoción …
Con la edición en castellano de la biografía de André Agassi, hemos querido plantearnos el reto de hacer una selección de libros sobre deporte o en los que el deporte juega un papel fundamental, pero que aguanten la lectura sosegada de un libro.
La emocionante catarsis personal de André Agassi en Open (Duomo) hará las delicias de cualquier aficionado al tenis, lector o no, y permitirá que miremos de otra manera a esos jugadores solitarios, llenos de tics, peleando por un primer puesto que tardas en conseguir toda una vida y es amenazado la siguiente semana.
Otros deportes como el ciclismo o el boxeo, siempre han disfrutado de una mística especial y mucha más representación de calidad literaria. La razón no es otra que su práctica popular en la infancia, los convirtió en parte de la imaginario personal de muchas generaciones. El boxeo lo perderá, pero sospecho que el ciclismo, sobre todo como medio de locomoción urbanita, volverá a disfrutar de su reflejo en la literatura de nuestra generación, aunque no sea con el heroísmo de la épica competición. El ciclista (Libros del Lince) del holandés Tim Krabbé es un indiscutible con su hermosa prosa y La contrarreloj (Tusquets) de Eugenio Fuentes es una buena representación nacional del tema del deporte en la novela de género, en este caso, el policíaco.
Para el boxeo, no hemos podido dejar fuera El combate (Contra) de Mailer, el gran combate contado por el gran periodista de su tiempo con el lujo y la dedicación que muchas veces nos falta en nuestros días. Lo acompañamos de El profesional (Gallo Nero), seguramente la mejor literatura sobre la vida en el boxeo.
Capítulo aparte merece cualquiera de los libros de relatos de Gay Talese con los que nos ha regalado Alfaguara (Retratos y encuentros y El silencio del héroe). Decimos relatos, aunque se trate de periodismo en algunos casos de parsimoniosa investigación, porque como tal se leen sus perfiles de deportistas. No podemos recomendar uno, ni falta que hace, cualquiera que lea a Talese queda enganchado.
Vale, sí, aunque a veces nos resistamos a considerarlo ya un deporte puesto que el ruido que provoca tiene poco de ello, nos decidimos a proponer lecturas sobre fútbol verdaderamente singulares en su género.
Joaquín Risueño, pintor madrileño, empleó su talento y tiempo en ilustrar cada uno de los fotogramas del único e histórico gol de Iniesta en el minuto 116 de la final del Mundial de Sudáfrica de 2010 para crear El gol de Iniesta, un flipbook con el que regalar(nos) un momento especial (y ya nostálgico) de cualquier aficionado al fútbol en España.
El mejor escritor deportivo durante muchos años en nuestro país, Santiago Segurola, cuya personalidad y calidad como escritor le permitió saltar de las páginas deportivas de El País a dirigir su suplemento cultural Babelia, recoge sus mejores textos, no solo sobre fútbol, en Héroes de nuestro tiempo; y Cuando éramos los mejores (pero no ganábamos nunca) (ambos en Debate), de Luis Martín y Santiago Giménez, hace la labor de enganche entre estas generaciones que un día hablarán del deporte nacional como de los ejércitos de Felipe II hablaría un testigo contemporáneo a ellos, y las anteriores, que solo conocieron la derrota, la continua exultante espectativa frustrada, y lo hace con humor, rigor y perspectiva. Para terminar el capítulo futbolero, el impresindible Hornby y su Fiebre en las gradas (Anagrama) y el tierno recuerdo de juventud del vasco Ramiro Pinilla en Aquella edad inolvidable (Tusquets).
Los pasajes más divertidos se los llevan los corredores. La vida de Zátopek narrada por Jean Echenoz en Correr (Anagrama) es memorable y ya debe ser considerada un clásico la del inglés Alan Sillitoe: La soledad del corredor de fondo (Impedimenta), con versión cinematográfica también de nivel.
El baloncesto, por su origen estadounidense y más reciente, está más copado por los americanos. No era difícil rescatar al inefable Harry «Conejo» Angstrom creación de John Updike en Corre, Conejo (Tusquets), el baloncestista que no deja de huir y correr en toda su vida, perseguido por … la vida.
Americano también es el personaje de El periodista deportivo (Anagrama) de Richard Ford, que comienza la trilogía del autor sobre las últimas décadas de la sociedad de su país en el que el deporte es un ingenuo reflejo del sueño por el triunfo, la fama, el dinero y la competencia.
Para terminar, para los que quieran buenos libros que traten el deporte en su vertiente social y cultural, os proponemos La historia cultural del deporte (Bellaterra), la obra de referencia de Richard Mandell y Elogio de la belleza atlética (Katz), de Gumbrecht.
Y esto, viniendo de la única librería que estaba abierta en toda España de espaldas a la selección de fútbol que ganaba en ese momento la Eurocopa 2012. ¡Todos guardamos secretos!