El hombre que dijo adiós

El hombre que dijo adiós
Anne Tyler – Lumen

Anne Tyler tiene una forma especial de moverse. La dinámica que surge de sus pasos hace vislumbrar algo distinto. Destacan como puntos brillantes en mitad de una escenografía habitual y correcta.

Su modo de moverse denota una forma personalísima de pensar. De interactuar con lo que ocurre y está a punto de acontecer: como la luz, el calor o una voz que sonará sobre el resto de sonidos y movimientos, camuflada entre el paisaje mundano de los otros.

Anne Tyler adapta nuestra retina. En El hombre que dijo adiós borra nuestra miopía, nuestra vista cansada, y nos gradúa hasta hacernos capaces de percibir por lo que pasa Aaron cuando pierde a Dorothy, justo después de haber discutido.

La suya es una realidad que está por encima del luto y de la incapacidad de seguir adelante. La pérdida de Dorothy está dentro de Aaron; se le aparece, como si la vida, quizá solo su mente, le concediera la oportunidad de arreglar lo que acabó como no debería.

Tyler nos introduce en Aaron, nos hace ser conscientes de lo que es, más allá de su cojera, de su mano derecha laxa, su tartamudeo, todo eso que ya estaba antes de quedarse viudo. Nos lleva a comprender cómo es su relación con sus seres más cercanos, su trabajo en la editorial familiar volcada en publicar volúmenes para principiantes de todo tipo. El vínculo-rechazo que tiene con su casa, de la que huye al poco de morir Dorothy y a la que vuelve cuando se siente capaz de asumir el presente. (Con) movido, como todos los que hemos permanecido a su lado desde el principio del relato, al darse (darnos) cuenta de que ese adiós, una vez que pudo decirlo, era una bienvenida. El futuro.

Un libro espléndido. De una humanidad que roza lo mágico.

Un comentario en “El hombre que dijo adiós

  1. Me ha maravillado esta novela…
    Hermosa y bella… dejando que nos asomemos al cotidiano e interior de una persona en plena pérdida…
    Deliciosa, profunda… Como quedarse mirando y escuchando el fluir de la suave corriente de un río…
    Un gustito encontrarla aquí comentada… 🙂

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