La fotografía
Penelope Lively – Contraseña
Un profesor de universidad viudo, busca unos papeles para uno de sus trabajos. Entre las cajas, un sobre con una nota: no abrir. Dentro, una foto en la que aparece de forma informal un grupo de personas; hay dos de espaldas que se dan la mano sin que el resto del grupo se dé cuenta. La mujer era su esposa. El hombre no era él. Y así comienza el engaño al lector de esta novela.
Todo parece que el escritor ha creado una trama detectivesca alrededor de una historia de adulterio. Pero lo cierto es que, cuando uno avanza en la lectura, se da cuenta de que el libro es mucho más. Hay algo en nuestra memoria que nos permite rescatar del olvido frases a las que no prestamos ninguna importancia en su día y que, una vez que algo las saca de las cajas de nuestros recuerdos escondidos, nos permite al fin comprender su importancia. De esto trata la novela, sí. Cómo pasamos por la vida distraídos y, cuando repasamos lo vivido, descubrimos que pasamos de largo por puertas que eran estancias llenas de vida.
La novela te atrapa como un buen policíaco pero inmediatamente, te baja las pulsaciones para que vayas con más cuidado, dejes de pensar en el posible asesino a descubrir, y disfrutes de encontrar cada una de las pruebas, de estudiarlas, comprenderlas y montarlas en al puzle incomprensible de la vida.
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