Cuentos completos
Lydia Davis – Seix Barral
Intentando aprender
Estoy intentando aprender que este hombre alegre que me gasta bromas es el mismo hombre serio, que, al hablarme de dinero con tanta seriedad, incluso deja de verme, y ese hombre paciente que me aconseja en ocasiones difíciles y ese hombre malhumorado que cierra de un portazo cuando se va de casa. He deseado muchas veces que el hombre alegre fuera más serio, y el que el hombre serio fuera menos serio, y que el hombre paciente fuera más alegre. En cuanto al hombre malhumorado, me resulta un extraño y no considero un error detestarlo. Ahora estoy descubriendo que si le digo algo desagradable al hombre malhumorado cuando se va de casa, estoy ofendiendo, en ese mismo momento, a los otros, a quienes no quisiera ofender, al hombre alegre que gasta bromas, al hombre serio que habla de dinero, y al hombre paciente que da consejos. Pero miro, por ejemplo, al hombre paciente, a quien sobre todas las cosas quisiera proteger de palabras tan desagradables como las mías, y aunque me digo que es el mismo hombre que los otros, sólo puedo creer que no le he dicho esas palabras a él, sino a otro, a mi enemigo, que merece toda mi irritación.
Esta colección de cuentos es maravillosa. Se abra por la página que se abra, nos presentan a una escritora lúcida y especial, capaz de condensar en unas líneas el universo. Desde el microrrelato hasta el cuento más extenso, nos presenta microcosmos inteligentes y bellos que nos acompañarán como los buenos poemas, durante días. En la tradición del mejor Carver, con cierta amargura de Cheever, con la observación interior de Ribeyro. Pues eso, de lo mejor.