Corazón giratorio

Donal Ryan
Traducción del inglés de Celia Filipetto
Sajalín, 2019

Un tío vivo dando vueltas, que te permite ver una población y sus habitantes durante un espacio de tiempo y, al seguir el giro, pierdes de vista lo que ha pasado pero sabes que los que no ves siguen viviendo. Este es el efecto de la lectura de estos monólogos de los habitantes de una pequeña población irlandesa ante la que ha caído la nube gris de la crisis, la desesperanza y la sorpresa de que muchas de las cosas que se deban por hecho, por seguras, han desaparecido o no eran como parecían.

Y es que la crisis económica y la desazón y desesperanza que trajo, hizo patentes aspectos de nuestras vidas, mentiras admitidas y modelos de conducta que una vez pasado el pequeño tsunami, nos extraña que puideran haberse mantenido mucho tiempo.

Pero este libro no es solo eso. Como en la buena literatura, este solo es el escenario. La excelencia viene de una forma de contar atenta y emotiva que nos va presentando con empatía el papel de cada personaje en su sociedad, en su familia sin dejar de lado la propia imagen que cada uno tiene de sí mismo y de su percepción en la sociedad en la que vive. Este es uno de los hallazgos más importantes del libro, con un esquema de relojería en el que un evento dramático hace de macguffin y excusa para atravesar entre medias de la intimidad de las casas, de las calles y de las cabezas de lso personajes subidos en un tren que como lectores, disfrutamos con paredes transparentes.

La ambición del autor le permite correr riesgos como el de incluir un monólogo de un muerto o hacer desaparecer el motor de la narración sin darle importancia. El viaje ha merecido la pena y en cada voz encontramos aspectos del alma humana que nos distinguen y nos hacen semejantes al resto de humanos. La codicia, el amor, la honestidad, la envidia, las falsas apariencias, el orgullo, la humildad, la solidaridad. Todo está en esta colección de voces, todo es creíble, todo brillante.


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