La uruguaya

img_1042La uruguaya – Pedro Mairal – Libros del Asteroide

Hay atajos peligrosos, aunque eso el lector de esta novela corta no lo sabe hasta que lleva un buen trecho de lectura. Pereyra, un escritor que recién ha pasado la frontera de los cuarenta, casado y con un hijo, decide cruzar el Río de la Plata para recoger los cobros de sus trabajos como escritor en un banco de Montevideo, en el vecino Uruguay, y así ahorrarse los impuestos. Allí  lo espera Guerra, una joven diez años menor que él, con la que tuvo un breve idilio en unas jornadas literarias hace ya unos meses.

Esto promete. Dinero, algo de sexo y la familia al volver. Pero para eso está Pedro Mairal, para darle vueltas a la rueda de la fortuna y cambiar las tornas. Y de paso, dejar al lector sin aliento. Porque es verdad que La uruguaya, además de tener un título suculento, se lee de una tirada y consigue que el lector se deje llevar por la voz poética y precisa de esta narración escrita en primera persona.

El fracaso en muchas de sus modalidades, como en la relación de pareja. Pero también la dificultad de afrontar la paternidad. O ser un pibe de la burguesía bonarense que en vez de seguir el camino correcto, se ha dejado llevar por la fangosa y embriagadora senda de las letras. Y más. El amor que se cruza, el paso del tiempo,  el desencanto, las expectativas no cumplidas a una edad en la que el mundo comienza a verse con tonos quemados, mas que tostados, se conjugan con destreza y sensibilidad.

El escritor argentino levanta una historia con mimbres cinematográficos.  En las 24 horas en las que transcurre la narración, a lo Ulises de Joyce, Pereyra tiene tiempo de reconstruir, con analepsis, su vida y dar una idea de cómo ha llegado al  punto en el que está.

La uruguaya es una carta confesional, carta vibrante y sincera que Pereyra escribe a su mujer,  y que intenta poner en contexto su situación y explicar cómo la vida a veces nos juega malas pasadas, es injusta y no se deja amarrar a nuestro antojo. Esta nouvelle es ese tipo de lectura que nos gusta descubrir en La Buena Vida, casi por sorpresa, para después airearlas y darles visibilidad,  por si alguien en el camino también quiere pasar unas horas de buena lectura.

@cercodavid

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