García

garciaGarcía – Pablo García Casado – Visor

Advierte el poeta cordobés que en España hay más de un millón y medio de personas que se apellidan García, “un apellido sin título”. Engrosar esta lista no es un mérito, tampoco una fatalidad. Sólo significa que vas a planear de por vida sobre un apellido común. Nada grave. Recuerdo que cuando supe el significado de Miller, todo tomó otro cariz, y entendí que para hacer algo bien en la vida no hacía falta travestir al nombre con un trabalenguas.
Pablo tiene un apellido popular, pero su poesía es excelente. García es ciudadanía y política, paternidad y miedos, incertidumbres, cotidianeidad. Entre otras muchas cosas.
El poeta es padre y las preguntas lo devoran. No encuentra respuestas ni teléfonos que lo ayuden a convivir con la dentellada de la vida que desgarra cuando los hijos son el cielo y el infierno que a uno le ha tocado vivir. Así lo explica en el poema Call center:

[…] Pero qué pasa cuando es tu hijo el que no toma bien las sintonías. El que no emite bien los sonidos o equivoca los canales […] A quién le pides cuentas, cuál es el teléfono de servicio. Quién te ofrece una garantía. (24)

Hay quien confunde el retruécano con lo poético. Hay quien no ve la belleza o la amargura en lo cotidiano, por ello reviste el mundo con simposios imposibles. Embarrancar en el papel o  en la pantalla con largas palabras de piedra no es la función del poeta, y Pablo García lo sabe. Su poesía es la de un “español sin estridencias” que ama su tierra. En su voz se decanta el gusto de la  clase media, hoy día tan vapuleado por la crisis y por las políticas que piensan más en la Marca España que en la ciudadanía.

Las dos partes en las que se divide el poemario cuenta con momentos sorpresivos e imprevisbles. A veces los textos tienen la magnitud del microrelato. Aunque la hondura y la fuerza del drama lo rescatan  del género narrativo.  Hay un poema inmenso -no sólo ese- en el que aparece Cernuda, es el que cierra el poemario. Y si no fuera porque en La Buena Vida tenemos la sana costumbre de que nos vengan a comprar libros, transcribiría el García completo. Dejo aquí un fragmento de Pensando en Cernuda.

Estoy pensando en Cernuda mientras veo a mi hijo correr solo por el patio del colegio. Corriendo y saltando entre otros niños, acosado por enemigos imaginarios, como un personaje de videojuegos. Estoy pensando en Cernuda, paseando por Sevilla, joven y elegante, salpicado por barro de niños predelincuentes. […] (47)

@cercodavid

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